guardería bilingüe

Un buen lugar donde, además de cuidar a los críos, puedan aprender un idioma adicional al materno es una guardería bilingüe. Para que los padres sepan cuál seleccionar es indispensable hacer una lista con los beneficios y desventajas de cada una.

El inglés es el más común y es puesto en marcha desde los primeros meses de vida y esto es gracias a la gran capacidad de aprendizaje que tienen los niños, sin embargo, hay que tener presente que para que un segundo idioma sea dominado, estos deben estar inmersos en un lugar donde hablen dicha lengua constantemente.

Las ventajas que tienen los infantes que están en una guardería bilingüe con respecto a los demás, es que estos tienen la oportunidad de lograr un mayor crecimiento intelectual, lo que seguramente les abrirá el camino en el futuro con respecto al ámbito laboral, asimismo, a niveles físicos la función neuronal se estimula y tienen gran desarrollo cognitivo.

En otro sentido, la mejor forma en la que se debe presentar otro idioma a los bebés es a través de las palabras cotidianas, en un tono afectivo y alegre, para que las relacionen con una interacción positiva. Al hacer esto los pequeños lo perciben como algo natural y probablemente sea más sencillo el aprendizaje.

Algunas de las actividades típicas que se realizan en una guardería bilingüe, son: escuchar canciones, hacer juegos relacionados con los colores, formas, animales y estados de ánimo, todo ello en inglés, por supuesto.

En el caso de que se encuentre en la búsqueda de una buena guardería bilingüe, es recomendable que visite entre 3 a 5 de las que se encuentren cercanas a su zona de residencia o de trabajo. Esto ayuda a los padres a controlar la ansiedad que les genera el alejarse por largas horas de sus hijos. En cierto modo se podrían sentir más cerca y en el caso de una emergencia, llegarán rápidamente al lugar.

Es indispensable que, para que los conocimientos se fijen, los padres en casa mantengan un ritmo adecuado en cuanto al idioma se refiere, para estimular al pequeño a usar lo que ha aprendido en la mayoría de las situaciones cotidianas, teniendo presente no abrumarle o hacer de esta una experiencia negativa, para que no lo rechace.